domingo, 28 de octubre de 2012

Octubre, mes del Rosario (y III)


Tratábamos el otro día de los obispos dominicos que portaban la cruz pectoral pendiente de un rosario y ahora pienso que acaso pudiera ser derivación más o menos directa del modo que tenían de llevar este instrumento de oración los dominicos de la América hispana. Los frailes de estos países, en lugar de tener el rosario sujeto al cinto, lo llevaron siempre sobre la esclavina, hasta que paulatinamente fueron abandonando esta práctica y conformándola con el uso común.

Desde san Martín de Porres en el Perú del siglo XVII, hasta san Melchor de Quirós en las Filipinas del XIX hay testimonios iconográficos que parecen constatar que este uso era común a todos los dominicos en tierra de misión.


San Martín de Porres en su enfermería. Grabado limeño del siglo XVII.

Verdadero retrato de san Martín de Porres del monasterio de dominicas de Santa Rosa en Lima

San Melchor de Quirós

También el capuchino fray Francisco de Ajofrín da testimonio de la existencia de este modo de llevar el rosario por parte de los dominicos de Nueva España durante el siglo XVIII, sin embargo, no he podido encontrar documento gráfico con el que ilustrarlo, a ver si algún querido lector nos la puede proporcionar. De Chile tenemos el testimonio de la fotografía con que encabezamos el tema, así como ésta que aquí sigue de Fray Domingo de Aracena († 1874).



Fray Domingo de Aracena

Del virreinato de Nueva Granada, actual Colombia, hemos encontrado esta limitada ilustración de Fray Luis María Téllez, que pese a su escasa definición, permite constatar como un uso que, según nos informan, en aquellas tierras llegó hasta los años previos al último concilio ecuménico, hunde sus raíces al menos hasta el siglo XVIII.

Fray Luis María Téllez

Por último, cabe advertir este modo de llevar el rosario en algunas representaciones pictóricas de santa Rosa de Lima, lo que da a entender que debió de ser habitual en la rama femenina de la Orden de Predicadores allí donde los frailes así lo portaban.

Claudio Coello. Santa Rosa de Lima. Museo del Prado.



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